viernes, 22 de febrero de 2013


Nunca dejes de soñar y lucha, lucha a muerte por tus sueños. Merece la pena..¿o acaso no es bella esa sensación que tienes cuando sabes que has logrado lo que tanto buscabas? No dudes ni un segundo de ti mismo, nadie es más fuerte que tú si quieres serlo. Aprieta los dientes y sigue adelante, contra tempestades, no importa lo que se te ponga por delante si crees en tu sueño. No te dejes vencer, solo vence, que no importen las caídas, sino la forma de levantarse...porque tu lucha se verá recompensada. Pues..¿sabrías vivir sin soñar? No te olvides de aquellos que te hicieron daño, recuérdales para que te hagan más fuerte..y ten siempre presente a los que te quieren, porque forman parte de ti. Si te sientes cansado o derrotado recuerda los buenos momentos, las sonrisas, recuerda el objetivo final...y levántate. [...] Nunca dejes de soñar y lucha, lucha a muerte por tus sueños...

domingo, 17 de febrero de 2013




Carpe Diem, gran tópico.

Aprovecha la vida al máximo, te dicen. Es corta, se pasa rápido y te la perderás. Mejor cometer errores que no hacerlo y arrepentirse. Y cuando te ves ya con cierta edad, con la juventud pasada, pisoteada y casi olvidada, no puedes evitar mirar atrás. Que todo mereció la pena, nadie lo duda. Que lo aprovechaste todo al máximo, todos lo saben. Sin embargo, nunca parece suficiente.
Y yo ahora me pregunto si realmente estoy aprovechando todas las oportunidades que me ofrece la vida. Todavía tengo tiempo de reaccionar, de corregirme y volver a caminar. Pero ni siquiera sé lo que quiero. Solo sé que tengo miedo. Tengo miedo de arrepentirme como estoy haciendo ahora mismo. Tengo miedo de no llegar jamás a ser tan valiente como debería. Tengo miedo a todos los retos que se me presentarán, al fracaso, a caer, a la decepción.
Tengo miedo de vivir.
Pero, a la vez, tengo miedo de morir. O quizás no yo, sino alguien a quien ame. No quiero quedarme sola, no quiero que las cosas cambien, no quiero echar nada de menos. Y, sin embargo, es lo que va sucediendo día a día. Sin darnos cuenta cambiamos, vamos evolucionando. Cada paso, cada decisión, cada mirada y cada palabra hace que seamos un poco más maduros. En algunos casos se tarda más en madurar, pero no es imposible.
Y hoy he aprendido una gran lección. Una lección que creía ya aprendida, pero que cada día se me olvida y el recuerdo no es agradable. He aprendido que debo vivir. Pero no como los demás quieren que lo haga, sino como quiero yo.
Quizá se me rompa el corazón, quizá consiga ser feliz, quizá lo único que obtenga al final sea un montón de historias sin importancia. Pero esas historias han formado mi vida. Y sé, que cuando envejezca y vuelva la vista atrás sonreiré. Porque a partir de hoy no pienso arrepentirme de nada.

jueves, 14 de febrero de 2013

Me gusta romper el papel por los puntos, chupar el cola-cao que se queda pegado a la cuchara. Me gusta explotar burbujas y que suene como una tormenta. Me gusta coger la nata con el dedo. Me gusta la gente que dibuja donde no se puede, el olor a tierra mojada... Me gusta dar los buenos días hasta por la noche, los gorros, abrir un libro y encontrar una entrada de fútbol antigua. Y me gustan las cosas que se repiten, pero sobre todo las cosas pequeñas. No me gustan los jarabes, el fútbol por la radio, no me gustan las señales pero sí las marcas... Y tú, tu también me gustas.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Imagina la vida como si de una carrera se tratase…
Contamos con un gran equipo que son más que eso, son tu familia, tus amigos, personas que van a estar ahí para socorrerte en caso de pinchazo, para apoyarte en momentos de caídas, aconsejarte qué tipo de estrategia vendría mejor para tu lucha y, sobre todo, arroparte cuando llegues a meta.
Partimos con el depósito cargado de ilusiones, energía, fuerza, ganas y rodeados de otras personas que, como tú, tienen el objetivo de llegar a meta, SU meta.
Llegamos a la primera curva, probablemente uno de los puntos claves en esta nuestra lucha pues es cuando todos vamos embravecidos, queremos llegar cuanto antes a la primera plaza, sin pensar que por nuestra ansia podemos dejar en la estacada a terceras personas o, incluso, a nosotros mismos…
Poco a poco te vas calmando, y vas aprendiendo que la verdadera clave para llegar a la meta es la constancia, la regularidad. A lo largo de la carrera puedes sufrir caídas, giros de 180ºque te hagan verlo todo en contra…en ese momento te ves perdido, sin saber qué hacer, pero piensas en tu equipo, los sientes contigo, personas que creyeron en ti incluso cuando ni tú mismo lo hiciste y notas esa fuerza extra que te hace falta para sacar esa garra, esa fuerza que no sabías que tenías, te levantas, te giras, y tomas el mando de tu máquina para seguir hacia delante.
Si tenemos suerte nos encontremos con rivales que puedan beneficiarnos de una u otra manera, pero lo más probable es que nos crucemos con todo lo contrario, gente competitiva que solo piensa en sí, en su lucha particular, gente que solo te ve como un obstáculo del cual quieren deshacerse lo más rápido posible. Ahí no solo tienes que ser fuerte, si no que debes ser más rápido y listo que ellos, no vayas a permitir que NADIE te obstaculice en tu carrera, si lo haces estás perdido.
Ya no queda nada, un último empujón y la meta, tu sueño, será tuyo. Cuando cruzas la bandera sientes de todo, satisfacción, cansancio, emoción, alegría y, sobre todo, orgullo, orgullo por demostrar que has sido capaz de conseguir lo que muchos no se atrevieron a perseguir, orgullo de haber cometido errores y corregirlos para que no volviesen a suceder, de conseguir lo que tú necesitabas para ser feliz y, por supuesto, orgullo de contar con el equipo que cuentas para conseguir mil un una carrera más.

lunes, 4 de febrero de 2013



¿Qué por qué me gusta? No lo se. Quizá por sus ojos, verdes. Esos ojos que me hipnotizan. Tal vez por su sonrisa. Esa sonrisa que me hace reír pase lo que pase. Por sus pequeñas manias. Esas que tanto me desquician y que a la vez me gustan tanto de él..Sus brazos. Esos brazos que desearía que me abrazasen cada hora. A cada minuto. Acada segundo. Sus obsesiones. Aquellas por las que no vive y tanto coraje me dan. Me gusta por su seguridad. Esa que me trasmite con solo pesarlo. Y por su inseguridad. La que me asusta y me da escalofríos. Por como camina. Por ser distinto a los demás. Por no dejarse influenciar y ser siempre él mismo. Porque con su simple 'hola' hace que se me pongan los pelos de punta y los nervios me coman viva. Realmente no sé porque lo quiero como lo quiero. Pero si fuese necesario lo gritaría a cada persona que vive en este puto planeta.

domingo, 3 de febrero de 2013

A veces el truco está en afrontar las cosas sin pensar demasiado en ellas, sin comederos de cabeza, porque solo sirven para asustarte. Tan sólo tienes que saltar, afrontarlo, quizás cerrar los ojos, pero nunca rendirte.
Y habrá gente que no crea en ti, que espere tu caida y se rian. Pero esa gente solo está ahí esperando a que tú les borres esa esperanza. Porque si hay fe, no hay ningún impedimento. Está el miedo a caer, está el miedo a chocar contra el suelo, y también está el miedo al ridículo. Pero cuando saltas, esos son los miedos terrenales en los que no tienes que pensar. Sólo te van a hacer retroceder y no merece la pena.
Y habrá dudas, tampoco lo niego. Pero el triunfo siempre ha residido en la autoconfianza. Y en el fondo lo sabes, y en el fondo lo saben, por eso te hacen dudar. Demuestra que puedes. Demuestra que tú vales más, que puedes luchar, que no vas a caer. Y simplemente...
Salta.