Si tú quisieras te regalaría mis buenos días sin importarme quien de los
dos fue el último en darlos. Si tú quisieras te desayunaría a besos y
sonrisas, con la única condición de que el segundo turno sea para mí.
Si tú quisieras te ofrecería mis mejores días, esos en los que todo son
risas y carcajadas, siempre y cuando te quedes a mi lado en los grises y
me abraces como nadie más sabe hacerlo.
Si tú quisieras podría convertirme en tu mejor confidente, tu mejor baúl para que guardes todos tus secretos. Si tú quisieras te dejaría conocer la parte más frágil de mí, esa que no le he presentado nunca a nadie. Si tú quisieras dejaría que me refugiaras en tus brazos cuando sienta
que no puedo con todo y te dejaría acompañarme mientras me sumerjo en
todas las películas romanticonas que tenga por casa.
Si tú quisieras podríamos superar juntos los obstáculos que nos
encontremos por el camino, porque estoy convencida que mis días serían
más llevaderos a tu lado, y los tuyos al mío.
Porque si tú quisieras arriesgarte comenzaríamos a vivir nuestra
historia, la de verdad, en la que solo somos nosotros. La historia en la
que me miras y a mí me tiemblan las piernas, esa en la que te cojo la
mano y tú te olvidas de todo. La historia de la unión de tus piezas y
las mías.
Si tú quisieras saltar yo saltaría contigo
todos los días de mi vida, porque si tú quisieras te querría de la mejor
forma que sé e inventaría una nueva todos los días si fuese necesario.
Porque si tú quisieras yo también querría.

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