Ellos no lo entienden, pero esta vez no es cuestión de como
te llamas, o cuantas primaveras has vivido. Tampoco, de donde provienes y a
donde te diriges. No es lo más importante si crees o vacilas, si eres de los que
actúan o de los que esperan, si piensas o investigas.
Por ahora, no me interesa si perteneces o te pertenecen, si
creas o rehaces, si eres solitario o si sois dos. No es cuestión de alturas, ni
de formas, tampoco, de sombras o de luces. Lo que ahora realmente me importa,
es lo que me haces sentir cuando me miras…
