lunes, 22 de diciembre de 2014




Me tumbo en la cama con los pies en alto y el iPod encendido. Escucho un poco de música al azar. Es increíble. Parece que esos cantantes te conozcan, que vivan contigo y que puedan oír incluso tus pensamientos. Esa es, al menos la impresión que tengo cuando escucho determinadas canciones. Dicen, palabra por palabra, todo lo que siento y lo que me gustaría poder decir, hasta la manera en que me gustaría hacerlo. Ni más ni menos. 

Habría que agradecer a los grupos y los cantantes que hablen por nosotros. Quieres a alguien pero eres timido o piensas que tal vez te equivocas, así que le dedicas una canción y arreglado. Y, si eres afortunado, entenderá todo lo que no has logrado decirle, y hasta puede que te dedique otra. Canciones para canturrear, escuchar una y otra vez y bailar juntos en una fiesta. Canciones para permanecer abrazados, canciones para copiar en el diario

lunes, 24 de noviembre de 2014

Es curioso cómo siempre consigue arrancarme una sonrisa.
No puedo evitarlo, se me dibuja en la cara sola. Y mejor todavía, me ilumina el corazón. Hay sonrisas falsas, que sólo manipulan el rostro. Pero no consiguen engañar a nadie, la sonrisa de verdad no se ve en los labios. Se ve en los ojos, que brillan de repente. Es extraño; por muy mal que vayan las cosas, por mucho empeño que ponga yo en estar enfadada o triste, siempre aparece esa sonrisa. Siempre aparece esa persona que consigue arrancármela. Que consigue robármela. Y hacía mucho que no sonreía de esta manera.
Y ahora ya no estoy segura de si ha vuelto la sonrisa o me la han robado. La cuestión es que me gusta sentir esa luz en mis ojos. Me gusta sentir el corazón brincando en el pecho. Me gusta sentir el aleteo de mi alma. Y me gusta sentir que vuelve a haber un siempre. Aunque para mí el siempre no sea más que un continuo por ahora. Pero hay que ver cómo me gusta este por ahora. Cómo me gusta mi sonrisa.
Y la tuya.

miércoles, 29 de octubre de 2014



Hay un tiempo para todo. Y ese tiempo pasa. Ni muy rápido, ni muy lento, pero nosotros somos los mayordomos de ese tiempo.

Hay que luchar por todo aquello que se quiere. Hay que poner la carne en el asador. Hay, incluso, que dejarse los cuernos por conseguir lo que uno quiere. Pero llega un momento en el que la inversión se convierte en gasto. El gasto en desgaste. Y el desgaste ya no conviene.  Hay situaciones en la vida en las que hay que apostar, invertir por llamarlo así. A veces el tiempo son horas, semanas, meses o años. Pero todo tiene su tiempo. Hay tiempos para reír, hay tiempos para pasarlo bien, otros para pasarlo mal y otros para disfrutar. Para enamorarse o para desenamorarse. Para empezar una relación o para dejarla. Pero todo está tasado en el tiempo. Y menos mal. Porque si existe un tiempo para la primera parte, tiene que haber un descanso. Pero, sobre todo, un final de partido. Es algo así como el dicho en el argot jurídico de que más vale un mal acuerdo que un buen juicio. Hay que aprender que más vale una retirada heroica que una guerra sin nada por conquistar. Y es que a veces, todo eso que hemos sentido, pensado, hecho o dejado de hacer, tiene su porqué, de hecho siempre lo tiene. Y es que sentíamos que queríamos hacerlo, que queríamos luchar por eso. Nos motivaba y nos hacía fuertes. Pero hay que aprender a bajarse del burro, a darse cuenta del momento en el que hemos llegado al punto del proceso en el que el avance se vuelve regresivo. Hay que acotar los tiempos. Ser prudentes, darlo todo y saber cuándo parar. Hacer esto no es de cobardes ni de orgullosos, hacer eso es de ser un poquito inteligentes. Luchas por algo, un trabajo, un proyecto, un amigo, o incluso algún que otro amor, nos hace grandes. De hecho, nos hace muy grandes. Porque somos personas, tenemos sentimientos y hay que sacarlos. De hecho, luchar por algo, nos brinda la oportunidad de darnos cuenta  a nosotros mismos hasta dónde estamos dispuestos a llegar y, sobretodo, les hace ver a los demás hasta dónde has estado dispuesto a llegar. Pero saber cuándo parar es tan importante como saber cuándo empezar. Saber que todo tiene unos tiempos no es dejar de lado lo que quieres; no es dejar de desear o querer. Saber parar es saber que eso que quieres, tuvo su tiempo. Y que el tiempo, el preciado tiempo, vale oro.

lunes, 6 de octubre de 2014

¿Sabes? Dicen que dicen que comentan, que hay un sueño, que se esconde, que vuela, que desaparece, que no existe. Dicen que no hay noche sin estrellas sino ojos que no ven a través de las nubes de tormenta. Dicen que no hay miedo sino dudas, que no desaparecen cuando decides ser valiente, pero que si cierras los ojos y dejas que la ilusión se te adueñe, se ven exiliadas del reino de tu corazón.
¿Sabes? Dicen que no hay dolor en los recuerdos, sino alegrías ya olvidadas por los sinsabores del vivir. Que si uno aprende a mirar esos recuerdos, puede ver aquello que se esconde en ellos tras el paso del tiempo. Dicen que no hay finales, sino comienzos. Que si el pasado hermoso no ha de volver, vendrá por contra un futuro jamás pensado, tan bello como uno se atreva a creerlo. Que uno ha de vivir con ilusión pues cuando cae un sueño, otro ha de venir a ocupar su sitio, y todos los sueños son hermosos, por el simple hecho de ser sueños.
Dicen que dicen, que comentan que van por ahí hablando, de que hay tantos días por delante, como posibilidades de hallar lo que buscamos, aunque ni siquiera sepamos que es. Dicen que hay sonrisas, alegrías, lágrimas de emoción y de agradecimiento, que esperan su momento para invadirnos, cuando menos lo esperas. Dicen que el que la vida merezca la pena, depende del esfuerzo que uno ponga por no rendirse ante las circunstancias. Que las alegrías son más alegres cuando no hay pesos tristes en el alma y que olvidar esos pesos para dejarle paso, es algo que se consigue si uno lo intenta mil veces y de verdad quiere hacerlo. Eso dicen… y yo les creo.

sábado, 26 de julio de 2014

Vamos a jugar a un juego, el juego de los deseos, un juego en el que puedes imaginar todo lo que te gustaría hacer por muy lejano que esté de tu alcance, donde lo imposible se hace posible y lo fantástico real. Yo ya tengo mi deseo mas que claro. Tan solo pido un día, un simple dia para desaparecer de todo lo que me rodea, un dia en el que pueda estar lejos de aquí, 24 horas donde nadie me conozca, donde pueda descubrir un mundo nuevo, pero eso sí, con una condicion, que sea junto a él. Cojerle de la mano y escapar a cualquier parte, solos el y yo, nadie más. Donde no nos moleste ni dios, me da igual el lugar, solo quiero estar a su lado.
Pero como decía al principio, todo esto es un simple juego, solo tú puedes decidir si quieres jugar o si todo esto queda en un sueño, solo tú tienes el control.. ¿Juegas conmigo?

sábado, 21 de junio de 2014

Yo no se muy bien hacia donde va el mundo, mi mundo, por eso a veces me crea eso de que el mañana no existe y me centre en hacer lo mas interesante posible cada dia...puede que sea porque tampoco tengo mucha esperanza en que el mundo vaya hacia ninguna parte, aunque en el fondo espero de corazón que así sea...
Lo que tengo claro es que no se puede estar todo el día viendo la botella medio vacia, me aburren los que la ven así... me canso solo de pensar en lo que me cansan...
He aprendido que no se puede jugar con las reglas de otros, quizá todo sea tan sencillo como descubrir lo que te gusta, lo que te hace feliz y hacerlo, aunque otros piensan que eso no debería de ir contigo, aunque tu estes convencido de que no tienen ni idea...
Y por eso me rodeo de los que me hacen sonreir, porque si tengo que seguir un credo, la alegria es tan bueno como cualquier otro, y seguramente por muchas mas cosas, me gusta compartir mi dia a dia contigo que ahora lees estas líneas.

sábado, 31 de mayo de 2014

A veces pienso que digo o entiendes exactamente lo que no quiero decir o entender, que habla o escucha la cara oculta de mi cabeza, la parte más sensible,la yema de los dedos de mis entrañas, me araño por dentro. A veces, me doy cuenta de lo que digo cuando lo releo en unos ojos, cuando ya lo he escrito, cuando me he vuelto a quedar sin aliento y sin palabras que tengan la forma exacta de mis pensamientos. Me encuentro pensando sin pensar en lo que pienso,entendiendo sin entender y sin atender, sacando el ancla de la pared de mi estómago, quiero ser pirata y llevar parche, ver la mitad de lo que digo como haces tú .Me encuentro, una vez más, soñando por dentro, evadiendo lo externo. Y como un acto reflejo, el hipo de mi realidad. Dame un susto.

sábado, 3 de mayo de 2014

Sensación Post - Riviera



¿Qué es? Es lo que se siente después de haber estado en el paraíso, pero ya no estás; es lo que se siente los días después de ser inmensamente feliz.
Pero claro, ¿qué es eso que se siente después de una aventura maravillosa? Vacío. Falta de algo. Y ese algo que falta son tus compañeros, los mapaches, iguanas, el sol abrasador, la discoteca en el autobús, los daikiris de fresa, la alberca “privada” de adultos, los “¡Riviera se pregunta!”,  la suite echa una leonera, las largas horas de autobús para llegar al destino, el trikitriki, la lata o pasar las horas “Bailando”.

Este 'algo' que falta se puede intentar describir con palabras, pero solo alguien que lo ha sentido sabe con certeza lo que es. No viene en el diccionario, no lo busquéis.

Viví millones de milésimas que nunca olvidaré, pero siempre me dicen que si algo termina es porque ha pasado y que si te da pena el final es porque lo has disfrutado. Aún así, lo único de lo que estoy completamente segura, es que vivir una experiencia como esta es la mejor sensación del mundo y vale la pena vivirla.

Where is the limit? El límite somos nosotros..